Hace unos años caminaba por el Congreso y al ver una manifestación enfrente me acerqué a ver de qué se trataba. Una señora gritaba a viva voz y con mucho entusiasmo consignas contra el "PVC". Al inquirirle acerca de su causa respondía que el "PVC" era malo, que traería pobreza a Guatemala, que no servía, etc. Sencillamente, ella debía oponerse. Luego de que me tomó más confianza finalmente me confesó que estaba allí porque le habían pagado, creo que Q50.00 más su ración de comida para que fuera a protestar contra el "PVC", como ella le llamaba.
No sirvieron de mucho sus protestas contra el "PVC", ni las de otros agitadores más sofisticados, como Joviel Acevedo o Álvaro Ramazini, quienes fueron a cabildear en contra pero al congreso de Estados Unidos. El TLC fue aprobado y eventualmente cobró vigencia.
Recientemente se han visto algunas protestas, más creativas tal vez (aunque es difícil competir contra el "no al PVC") contra la propuesta del Impuesto a la Primera Matrícula de Vehículos, principalmente por quienes saben que se verán más afectados como los importadores de carros. (Los compradores de carros no protestan porque son racionalmente ignorantes de manera que generalmente no son conscientes del costo que para ellos implicará el nuevo impuesto).
Este impuesto, a mi criterio, representa una traición al Tratado de Libre Comercio (que más bien son excepciones al verdadero libre comercio) entre Centro América y Estados Unidos, pues con una magistral güizachada, de las que siempre le caracteriza, el Congreso sustituirá los actuales "Derechos Arancelarios" (que sólo en Guatemala no son impuestos porque así lo ha "interpretado" la Corte de Constitucionalidad) por un nuevo impuesto. De tal manera, "no se viola el tratado", pues, es más, se eliminan los aranceles de importación, pero eso sí ahora se debe pagar un "impuesto" (no arancel) para matricular los vehículos importados. La ley establece que también los que se produzcan localmente pero yo pregunto ¿cuáles?
El otro problema que yo veo con esta genialidad güizachera es que representa el retorno del fantasma de la otrora inigualablemente corrupta Dirección General de Aduanas. El Impuesto crea diecinueve categorías diferentes de vehículos cada una con su propia tasa impositiva. Además se retornará a la vieja práctica de crear una "Tabla de Valores Imponibles" de manera que cada año la SAT decidirá cuál es el valor de cada tipo de cada estilo de cada marca de cada modelo de vehículo existente en el mundo y con base en ello se pagará el impuesto. ¿Podría haber más discrecionalidad en un país donde esto es prácticamente sinónimo de corrupción?
Espero que las protestas actuales ahora si tengan efecto y que el congreso escuche. Ojalá los ciudadanos, para quienes el costo de adquirir un vehículo se va a incrementar, también le hagan saber su inconformidad a los diputados, principalmente a las bancadas que hoy se perfilan como los aliados más inverosímiles del oficialismo.
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