lunes, 30 de marzo de 2009

DECERTIFIQUEMOS A ESTADOS UNIDOS


El Director Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos, Dennis Blair recientemente declaró que los cárteles del narcotráfico impiden a México gobernar en parte de su territorio. Por su parte el Senador norteamericano Arlen Specter declaró que en México se vive una anarquía y exigió que se acelerase la construcción del muro fronterizo. Estos son dos de los más recientes episodios dentro de la cadena de exigencias por parte de los Estados Unidos hacia los países latinoamericanos referentes al combate al narcotráfico, siempre bajo la amenaza de decertificación, la suspensión del trato preferencial o alguna consecuencia similar. Posteriormente la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, hubo de viajar a México para limar las asperezas provocadas por tales actitudes.

Por supuesto que el crimen organizado y la violencia derivada del narcotráfico hacen prácticamente insufrible la vida en nuestros países. Pero, qué cómodo ha resultado para Estados Unidos olvidar la raíz del problema y echar la culpa al sur. Ahora que se sienten amenazados porque ven las consecuencias más de cerca, y ahora que ven que los grupos terroristas islámicos utilizan las mismas rutas del narcotráfico para infiltrar a sus elementos en dicho país, empiezan a reaccionar. Probablemente sea muy poco, muy tarde.

Estados Unidos es el mayor consumidor de droga del mundo y sin embargo yo no veo a su gobierno implementar programas efectivos para eliminar el verdadero origen del problema que es la demanda de drogas, si es que fueran serios en querer erradicarlo. Tampoco veo a los gobiernos latinoamericanos exigiéndole que lo haga. También me parece injustificable que Estados Unidos sea tan permisivo con la comercialización y exportación de armas que son realmente bélicas y no solo de defensa personal y deportivas, como los fusiles de asalto automáticos utilizados en las narcomatanzas que a menudo presenciamos. El gobierno Demócrata seguramente pondrá de nuevo en la polémica el para muchos sacrosanto second amendment, intentando reinstalar la prohibición que hace años versaba sobre dichas armas. En dado caso, lo que nos debe preocupar es que esas armas no lleguen acá, donde sí son prohibidas.

Los norteamericanos conocen por experiencia propia que la prohibición de un bien conduce al encarecimiento de su precio, lo cual vuelve su comercialización sumamente lucrativa al extremo que la actividad criminal se desarrolla precisamente para garantizar esas ganancias tan apetitosas. Por lo tanto, la única manera en que se acabaría el tráfico de drogas es si dejase de existir la demanda. Como esa no es una alternativa realista ni factible para los Estados Unidos la solución que queda es levantar la prohibición al consumo de drogas, lo cual de todos modos sucede abiertamente en dicha sociedad, nada más que a un costo mucho mayor.

De cualquier manera es obvio que la solución real al problema debe darse principalmente dentro de Estados Unidos y demás países que son grandes consumidores de droga, y no afuera.

Todo ello me lleva a plantearme las reflexiones siguientes. ¿Estamos realmente en estado de anarquía o simplemente el gobierno de nuestra sociedad ha sido capturado por el narco? Tampoco diría que debemos combatir este flagelo “por quedar bien con los gringos”, pues quienes sufrimos y pagamos las consecuencias somos nosotros, no ellos. Por último, no podríamos unilateralmente permitir el tráfico de drogas mientras éstas sigan siendo prohibidas donde se consumen mayoritariamente, pues esto nos convertiría en un oasis para la narcoactividad con todas sus consecuencias nefastas. América Latina debe ser más enfática en su postura hacia Estados Unidos, pues gran parte de la solución es de su responsabilidad.

1 comentario:

  1. De acuerdo, Alex. En guatemala nos estamos dessangrando y los narcos gobiernan el país. Y los gringos? Muy bien gracias. Propongo que todos los países, desde México hasta Colombia, legalicemos el uso y el tráfico de drogas.
    Que los gringos van a hacer berrinche y quitarnos su ayuda económica? Y qué? De todas maneras, en qué han mejorado nuestros países después de décadas de disque ayuda? Al eliminar el poder de la mafia de narcos, podemos re tomar el control de nuestro gobierno, eliminar la corrupcion en el Ejército, Aduanas, Policía, etc, podremos tener jueces que no etán amenazados, y los impuestos fluirán a las arcas nacionales. No necesitamos esas ayudas condicionadas que nos tienen en la pobreza y subdesarrollo.

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