jueves, 17 de septiembre de 2009

188 AÑOS DE ESCLAVITUD


Llegó otro 15 de Septiembre en el cual nuestro escaso patriotismo se hizo un tanto más notorio por medio de algunas banderas, desfiles y antorchas por las calles, y sin embargo, ciento ochenta y ocho años después de romper los canales de dirección a control remoto de nuestra región por parte de la corona Española, siento que lo Guatemaltecos aún no nos hemos percatado que como individuos seguimos siendo esclavos de un sistema que en esencia no ha variado.

En aquel entonces sustituimos una nominal autoridad trasatlántica por una más fuerte, visible y dominante autoridad local. Pero temas como la tolerancia religiosa, el respeto a los derechos y libertades individuales, o el sentido de empresarialidad competitiva que se desarrolla en una sociedad abierta nunca fueron parte del régimen del Estado patrimonial y la sociedad estamental que se instituyó en lo que hoy denominamos nuestra “República”, a pesar que sus elementos republicanos han sido prácticamente inexistentes.

Nunca hemos podido desarrollar cualquier actividad sin el beneplácito de más de algún burócrata, y aunque nuestro estado no alcanzó los niveles de corrupción corporativista que tuvieron nuestros vecinos del norte, la historia de Guatemala es en gran parte la historia de aquellos que fueron afortunados de obtener los privilegios y protecciones correspondientes de corte mercantilista para desarrollar, valga la redundancia, sus fortunas. De tal manera, el “desarrollo” de nuestro país, hasta muy recientemente, ha sido el desarrollo que han querido los que más se han desarrollado gracias al sistema, a costa del resto lógicamente.

En esta historia debemos también incluir las varias etapas de diversos gobiernos totalitarios y dictatoriales donde la frase “derechos y libertades individuales” careció por completo de sentido. Como si se tratase de una novela mal escrita, y al fin y al cabo no soy quien para calificar literatura, la historia de Guatemala es una donde en muchas ocasiones sea quien fuere, el caudillo del momento ha podido disponer a su capricho y antojo de la vida de quien desee.

Algunos trasnochados todavía ven en estos fenómenos lo que ellos consideran fue la justificación para imponer lo que al final resultó siendo otra terrible dictarura, la de las ideas equivocadas. Se necesita ser muy ingenuo o muy mal intencionado para atreverse a estas alturas a evocar las “glorias” de su “revolución” cuyas consecuencias desastrosas aún pagamos hoy mediante altos índices de subdesarrollo económico como consecuencia directa de las mismas. De igual manera, ha sido éste otro capítulo para agregar a nuestra “historia”.

Otros fueron más radicales y luego de traicionar a su patria y declararle la guerra, también subyugaron a muchos compatriotas, a algunos haciéndolos esclavos de sus “ideales” mientras ellos disfrutaban de cómodas y ostentosas vidas, a otros convirtiéndolos en víctimas mediante sus actos criminales. Irónicamente, su derrota militar no sirvió más que de catapulta política, gracias a la complicidad de la “comunidad internacional” y a la ambición imprudente de un presidente.

Este es tal vez el capítulo más reciente de esta historia inconclusa, sin embargo, como si se tratase de una buena obra literaria donde el drama de alguna forma se presagia, vemos que en la época de la dictadura de los partidos políticos, mejor conocida como “era democrática”, las señales de advertencia son cada vez más claras. Una nueva ola de populismo pareciera aproximarse para arrasar con lo poco que queda de nuestros derechos y nuestro desarrollo. Las recientes amenazas a la Libertad de Expresión se suman a la ola de atropellos a los derechos individuales resultado de la partidocracia, que está a su vez por dar lugar a las dictaduras “democráticamente” electas.

Por último, la Independencia se perfila cada vez más como un concepto efímero, merced a la subyugación de las “soberanías” de los estados por parte de la políticamente correcta democracia socialista del siglo veintiuno, iniciada en Venezuela, continuada por sus aliados, y con la complacencia de la OEA, Estados Unidos y Europa. ¡Ay de aquel que se aparte del plan! ¿O no, Honduras?

¿Queremos celebrar la Independencia? Seamos independientes, seamos libres como ciudadanos primero.
(Esta es una adaptación de un artículo que publiqué hace algunos años en el periódico electrónico "La Opinión")

3 comentarios:

  1. Hola Alejandro, soy una profesora española que trabaja en Italia. Estoy escribiendo un ensayo sobre la esclavitud africana en algunos países de Hispanoamérica y agradecería mucho que alguien me aportara inoformaciones sobre el tema, a cualquier nivel, incluso literatura que trata esta temática...de Guatemala tengo pocos datos.
    Si alguien necesita alguna información sobre temáticas, libros etc. que tengan que ver con España o Italia yo podría también aportar informaciones, especialmente de literatura y de historia (sobre todo guerra civil). Muchas gracias y un saludo a todos. María García

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  2. Gracias María. Si encuentro alguna literatura al respecto que te pueda sugerir con mucho gusto te informo. Saludos.

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