lunes, 4 de enero de 2010

LA OPOSICIÓN QUE NUNCA FUE

Hace poco más de dos años que cientos de miles de electores guatemaltecos dieron un mandato de oposición que nunca se cumplió. Fueron principalmente personas de corte centrista, de áreas urbanas, quienes se debatieron entre Pérez Molina y Giammattei, y que adversaban a la UNE.

Se expresaron mediante un voto “cruzado” para el Congreso de manera que los diputados de la entonces GANA salieron favorecidos. Ello se comprueba fácilmente si uno ve cómo la GANA obtuvo más votos que el Patriota, al revés de lo sucedido en la elección presidencial. También hubo votos “cruzados” marginales para CASA o los Unionistas, por ejemplo.


Se deduce que la intención era que si la UNE, o incluso el Patriota, ganaba la presidencia, ninguno tuviera control absoluto en el Congreso. Sin embargo, en un país donde los “representantes” nunca se deben a sus electores, más por la forma en que son electos, esos contrapesos que colocaron los votantes se pasaron al otro lado de la balanza.


La GANA fue integrada por oportunistas que aprovecharon la efervescencia del improvisado candidato Giammattei. Pero una vez electos partieron caminos llamándose indignos entre ellos. (Qué extraño que no lo hubieran sido cuando como candidatos compartían el mismo listado.) Recordemos que en nuestro medio la “oposición” se hace eminentemente por rivalidad electoral y que los candidatos presidenciales son más bien imanes para votos al Listado Nacional en el Congreso. Por lo tanto, sin liderazgo sólido, sin un caudillo para pelear la próxima elección presidencial, todos los diputados ex-GANA estaban para el mejor postor que en este caso resultó ser la UNE. Algo parecido podría decirse de los Unionistas, cuyo caudillo consolidó también su alianza para mutuo beneficio. Qué ironía para quienes confiaron en ellos como fuerza de oposición.


De allí la aplanadora multicolor servil al gobierno. Esa que ha producido presupuestos descomunales. La que ha castigado a futuras generaciones con más deuda irresponsable. La que este año seguramente nos empobrecerá más con nuevos impuestos. La que estará dispuesta a avalar las ambiciones del partido de gobierno, incluso electorales, si la recompensa es adecuada.